sábado, 30 de mayo de 2015

4. El guardián de las llaves



La lectura de este nuevo capítulo me ha dejado bastante mal cuerpo. Recordaba la escena sólo de forma borrosa y su relectura ha sido toda una sorpresa. Hagrid llega por fin con la famosa carta dirigida a Harry y le da la tan ansiada noticia: es un mago y va a ir a la mejor escuela de magia. Pero no sólo eso, también descubre que sus padres fueron magos importantes y que fueron asesinados por otro mago malísimo.

Y ahora, a daros explicaciones. Estoy casi segura de que no debo ser la única que conserva el recuerdo de Hagrid como un grandullón con un corazón de oro, un osito de peluche tamaño XXXL que siempre está ahí para nuestros protagonistas… pero en este capítulo se comporta como un tipo despreciable. ¿Qué los Dursley son mala gente? Ya lo sabemos pero no es excusa para atemorizarlos y jugar con ellos como si fuera el gato y ellos ratoncillos. Si hubiera dedicado un solo insulto más a Dudley, sería un capítulo recopilación de cómo llamar a alguien gordo (bola de grasa, gordo pastel, supongo que ya se parece mucho a un cerdo…).

En fin, que me parece mucho más loable la actuación de tío Vernon como protector de su familia (recordemos que viene de un ataque de locura in crescendo). El mismo narrador completamente parcial y a favor de Harry admite en un momento Un hombre más valiente que Vernon Dursley se habría acobardado ante la mirada furiosa que le dirigió Hagrid.

Han hecho muchas cosas mal y se han metido con el chaval sin que tenga culpa de nada, sí, pero atacar a un padre haciendo daño a su hijo me parece la forma más cruel de maldad. Hagrid, tío, tú antes molabas :C Menos mal que la cosa no termina aquí y que más adelante tendremos la oportunidad de ver las muchas otras facetas entrañables de este personaje.

Como último apunte, entre unas salchichas y una tarta de chocolate, ¿cómo te tiras a por las salchichas, Harry? CHO CO LA TE He dicho.